domingo, 12 de junio de 2011

Entrevista a Don Benito Juárez García.

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Entrevista a Don Benito Juárez García.




Hoy nos encontramos en compañía del Benemérito de las Américas el  Licenciado Don Benito Juárez García, a quien le damos las gracias por haber aceptado
conceder esta entrevista acerca de su vida y parte de su carrera política.

L.E. Xóchitl Montaño H.



Lic. Benito Juárez García.

L.E. Xóchitl Montaño H.

Lic. Benito Juárez García.


L.E. Xóchitl Montaño H.

Lic. Benito Juárez García.

L.E. Xóchitl Montaño H.

Lic. Benito Juárez García.

L.E. Xóchitl Montaño H.


Lic. Benito Juárez García.
L.E. Xóchitl Montaño H.

Lic. Benito Juárez García.


L.E. Xóchitl Montaño H.

Lic. Benito Juárez García.

L.E. Xóchitl Montaño H.



Lic. Benito Juárez García.






L.E. Xóchitl Montaño H.




Lic. Benito Juárez García.

L.E. Xóchitl Montaño H.


Lic. Benito Juárez García

L.E. Xóchitl Montaño H.

Lic. Benito Juárez García

L.E. Xóchitl Montaño H.



Lic. Benito Juárez García




L.E. Xóchitl Montaño H.

Lic. Benito Juárez García

L.E. Xóchitl Montaño H.

Lic. Benito Juárez García

L.E. Xóchitl Montaño H.




Lic. Benito Juárez García





L.E. Xóchitl Montaño H.


Lic. Benito Juárez García


L.E. Xóchitl Montaño H.



Lic. Benito Juárez García


L.E. Xóchitl Montaño H.


Lic. Benito Juárez García






L.E. Xóchitl Montaño H.



Lic. Benito Juárez García



L.E. Xóchitl Montaño H.



Lic. Benito Juárez García





L.E. Xóchitl Montaño H.

Sabemos que usted nació el 21 de marzo en el año de 1806 en San Pablo, Guelatao, Oaxaca y que a temprana edad perdió a sus padres, unos campesinos muy modestos Marcelino Juárez y Brígida García

Así es, desde los tres años quedé bajo la tutela de mi tío y pasé mi infancia cuidando su rebaño de ovejas.

Y entonces ¿cómo fue que decidió irse a la Ciudad de Oaxaca?


Mi hermana trabajaba de sirvienta en la casa de Don Antonio Maza y me interesé por hablar con corrección el idioma castellano, en ese entonces tenía 12 años.

O sea que ¿sintió el impulso de escapar de su pueblo para prepararse y aprender más?

Sí, en Oaxaca viví con el español Antonio Maza, que era el patrón de mi hermana porque era su cocinera.

Y que años más tarde se convertiría en su suegro cuando se casó con su hija Margarita Maza…

Así es, pero eso fue mucho tiempo después, porque de la casa de don Antonio, me fui a vivir con el Padre Antonio Salanueva.

Quien además de ser su protector y maestro, fue su padrino de Confirmación y que ¿al poco tiempo lo conduciría al Seminario Conciliar?

Recuerdo que en 1821 empecé a estudiar gramática latina, en 1824 filosofía escolástica y más tarde teología moral.
Eso quiere decir que ¿se enfilaba claramente hacia la carrera eclesiástica? ¿Iba a ser sacerdote?

Sí, tenía 22 años, pero decidí estudiar otra carrera distinta a la eclesiástica y entonces estudié Jurisprudencia en el Instituto de Ciencias y Artes. Y… abandoné el Seminario.

Más tarde a principios de la década de los treinta, usted  fue elegido Regidor del Ayuntamiento, ¿no es así?

Sí y en 1833 entré por primera vez a la Legislatura Local.


Donde además fue Diputado del Congreso del Estado y su carrera política empezó a crecer considerablemente. Tanto así que el 16 de septiembre de 1840 fue el encargado de pronunciar el discurso a los héroes de la Patria…

Y aún recuerdo las palabras que mencioné: “España había legado a México un sistema político guiado por máximas antisociales, ante todo, descuidó la educación de los mexicanos, les impuso doctrinas de ciega obediencia, crió clases con intereses distintos… aisló, corrompió, intimidó, dividió. El resultado: nuestra miseria, nuestro embrutecimiento, nuestra degradación y nuestra esclavitud por 300 años”

Licenciado, entiendo que con la palabra “nuestro” ¿se refirió a todos los mexicanos o indios…?
Más tarde en 1842, ingresó de lleno al mando como Secretario de Gobierno en la administración centralista y santanista del general Antonio de León.

Así fue y un año después, en 1843 a mis 37 años…


Sí aún lo recordamos, usted se unió en matrimonio, por cierto ¿con una mujer de raza blanca verdad?, doña Margarita Maza, hija de Don Antonio Maza.

Así es, Margarita era de raza blanca y quizás suene curioso porque la historia ahora lo maneja así: mis hijos ya no fueron indios como yo, sino mestizos.
Es decir, ¿hijos de padre indio y madre de raza española y no, como en la inmensa mayoría de los casos, a la inversa…?

Así es, un indio había conquistado a una mujer blanca y no un español a una mujer indígena (risas)…

Siguiendo con los pasajes históricos de su vida, dos años después, para ser exactos, en 1845, ascendió a Fiscal del Tribunal Superior de Justicia y en 1846 formó parte de un Gobierno Interino en su querido y amado Estado de Oaxaca.

Y en 1847 viajé a la Capital Mexicana, recuerdo que fue en ese año cuando defendí públicamente a Santa Anna de quienes pretendían impedirle su noveno periodo presidencial y que después fue precisamente él quien me desterró del país, ¡qué irónico!

Pero, ¿no fue en ese año cuando usted fue nombrado Gobernador de Oaxaca el 29 de octubre?

Efectivamente, caminando de puesto en puesto por todos los poderes del Estado, llegué a la gubernatura de mi Estado…

Se había convertido en el primer Gobernador indio de la República Mexicana, cargo en el que estuvo durante cuatro años.

En 1848 se hizo un pacto entre la autoridad civil y la eclesiástica que perduró a lo largo de todo mi gobierno…

Pero que gracias a ello su gobierno logró la colaboración del clero en la construcción de una escuela en Tehuantepec. ¿Cómo no apoyar a un gobierno que pretendía hacer ciudadanos útiles a su Patria y desterrar los males que trae consigo la ignorancia de los primeros rudimentos de la religión cristiana?

Pues sí esa era mi intención, porque ligado a mi formación en teología, recuerdo que mencionaba lo siguiente: “Dios y la sociedad nos han colocado en estos puestos para hacer la felicidad de los pueblos y evitar el mal que les pueda sobrevenir” Para mi gente quería lo mejor.


Hoy sabemos que estuvo muy ligado al clero y que a lo largo de su periodo de gobierno no dejó de concurrir a las funciones solemnes de la Iglesia, que usted era “un católico a la antigua”.

Es cierto, pero también tenía una devoción casi idolátrica por la ley. Mi gobierno era “enérgico para castigar el crimen…sin nunca traspasar la ley”.

Y dígame ¿es verdad que su afán educativo lo llevó a fundar 50 escuelas en distintos distritos rurales, que abrió sucursales del Instituto de Ciencias y Artes y que fomentó la Educación de la mujer?

También eso es verdadero, mi intención era alentar el progreso de la gente y no había otro camino a seguir que mediante la implementación de la educación.

Y cambiando de tema, hay otro pasaje histórico que usted no ha de olvidar: Santa Anna no le perdonó un decreto que le prohibía la entrada a Oaxaca en 1848…


Es cierto y como me opuse en 1853 al tratado de Guadalupe-Hidalgo, por el que México perdió vastas zonas de su territorio en favor de Estados Unidos, fue entonces cuando encontré cauce en las filas liberales y en la defensa de un proyecto federalista. Por ese motivo decretó mi destierro a La Habana, Cuba y fue por eso que cuando fui deportado a Nueva Orleans (Luisiana, Estados Unidos), me vi por primera vez con Melchor Ocampo.

Curiosamente los dos eran huérfanos… y establecieron una alianza que rindió frutos más tarde con las Leyes de Reforma. Ocampo lo catequizó en los principios de una actitud moderadamente anticlerical.

Pero yo lograba convencerlo, calmarlo, enternecerlo, porque él no era muy devoto como yo…Ocampo representaba el espíritu de la Reforma y yo la religiosidad indígena necesaria para imponer ese espíritu de la Reforma.

La prédica de Ocampo hizo que usted acentuara su sentimiento religioso de las leyes, su idolatría de las leyes, hasta casi desprenderla de la religión propiamente dicha, hasta casi operar, la separación de la Iglesia y el Estado.

Allí empezó una gran amistad con Melchor Ocampo, quien más tarde sería uno de los autores de las Leyes de Reforma, un tema demasiado importante, porque esas leyes modificaron la estructura social, religiosa y económica de México, su estructura histórica. Pero que si gusta, lo trataremos en otro momento, por ahora eso es todo lo que le puedo comentar y compartir. Gracias.

Licenciado Benito Juárez García, debo confesarle que para mí ha sido un verdadero placer haber conversado con usted y que haya compartido conmigo pasajes tan importantes sobre su biografía. Le aseguro que esta información será de gran utilidad en mi quehacer docente. Sinceramente, gracias.

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